28 marzo 2007

Técnica Graham, ¿para qué?




"Soy bailarina. Creo que aprendemos con la práctica. Ya sea que esto signifique aprender a bailar practicando la danza o aprender a vivir practicando la vida, los principios son los mismos". Memoria de sangre, Autobiografía. Martha Graham.


Rosario Manzanos.
México, D.F., 26 de marzo (apro).- El 1 de abril de 1991, unos cuantos días después de que se iniciara la primavera, Martha Graham murió en Nueva York. Su legado es uno de los más grandes de la historia del arte mundial y, sin embargo, parece que la técnica que la consagró es vista ahora como obsoleta y hasta dañina.

Richard Philip, editor en jefe de la revista Dance Magazine, en un número especial en honor a la desaparecida bailarina y coreógrafa, señaló que “Graham fue una interprete y coreógrafa como no se había visto nunca antes. Fue ella quien desarrolló los principios de movimiento que se convirtieron en la danza moderna actual. Su compañía, expresión de lo más revolucionario del arte, fue fundada en 1926, transformando la visión que se tenía de la danza. La suya fue una compañía que causó tormentas y polémicas acerca de lo que debería ser la expresión artística.

“Durante muchos años, los discípulos de Graham enseñaron y practicaron su técnica como si fueran misioneros y la llevaron a todas partes del mundo. Graham cambió la danza.”

Su secreto se basó en un principio muy sencillo: fue generosa y les enseñó a todos aquellos que se le acercaron, no sólo cómo entrenar y estructurar su cuerpo, sino cómo creaba ella sus coreografías.

Rodeada siempre de un extraño misterio, Graham poseía un brutal sentido de la honestidad y sensibilidad humana. Al pasar los años se transformó a si misma de diversas formas, buscando siempre asumir nuevos retos. Por supuesto, tocó muchos límites y se arriesgó --tal vez demasiado-- a tomar la responsabilidad de su propia personalidad.

El haber sido pionera de una nueva forma de conceptualizar la danza no fue nada fácil para ella. De hecho, se debatió con una sociedad conservadora que no estaba preparada para entender que una mujer fuese independiente, sensible y capaz de dejar atrás todo sólo por seguir su llamado interior.

Leyenda en vida, Graham pagó un precio enorme por transgredir todas las convenciones que existían en la danza y en la sociedad de su tiempo: la soledad.

Siempre sola, Graham asumió su vida con gran dignidad: “Decidí que mi lugar estaba al frente y al centro. Ahí es donde escogí estar.”

Después de la técnica de Graham muchas otras se han desarrollado, incluso para desestimar la fuerza de lo encontrado por la artista. No obstante todas y cada una de ellas han surgido siempre a través de la valoración corporal y existencial que ella hizo.

En México existen muy pocos lugares donde se enseña de manera sistemática y rigurosa la técnica de Graham. Craso error. Para poder decidir que algo no sirve, no funciona o es dañino, cuando menos se le debe de conocer.

La difícil técnica de Graham requiere cuerpos muy particulares. Si se practica sin cuidado, como cualquier actividad física, puede generar lesiones. Pero si se hace con la visión que la propia Martha le dio, es una forma vasta y precisa de auto conocimiento corporal. Una forma única de estructurar el movimiento y el espíritu.

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